Gris, gris cerrado,
gris de cielo roto,
gris de sueños vagos,
gris de húmeda ausencia,
gris ceniza densa,
indefinible espanto.
Cercaste la aurora,
manchaste lo blanco.
Contigo aprendieron
a ser presidiarios
de ideas vacías,
de imposibles páramos.
Esclavos, presos,
atrapados,
en el gris reinante,
anhelante, espeso,
en el gris cercano.
Cobardes criaturas
de un sueño macabro.
Y así ganó el gris,
en la fábrica
y en el mercado,
así ganó el gris,
sin perdón ni reclamo.
Así ganó el gris
en mi pueblo amargo.
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