Tiemblan, perdidas,
las auroras que no serán,
esta es la última noche,
lo saben tus pupilas.
Lo saben, amargas,
tus pupilas,
perdiste la última batalla
contra la injusticia.
Perdí, con vos,
el tierno despertar,
el suave atardecer,
el sereno transitar de las horas.
Me quedé en la muerte,
con tus pupilas,
apretadas, agrandadas,
elocuentes.
Me quedé en la muerte.
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