lunes, 26 de octubre de 2015

Autobiografía de mi madre, de Jamaica Kincaid (Relowed, porque un post solo no alcanza)

"El encuentro entre una persona y el lugar al que pertenece no es fortuito, es algo que va más allá del destino, es algo tan primordial que no hay palabras para describirlo. Para mi padre el mar, el inmenso y bellísimo mar, a veces una reluciente sábana azul, a veces una reluciente sábana negra, a veces una reluciente sábana gris, no podría ser una fuente de tan generosa inspiración, no podría ser una fuente de bienestar tan abundante, no podría ser nunca fuente de nada bueno; su belleza estaba perdida para él, vacía; mirarla, verla, suponía recordar al mismo tiempo la desesperación de los vencedores y la desesperación de los vencidos; pues la vaciedad de la conquista permanece en el conquistador, enfrentado como está al interminable deseo de poseer más y más y más, hasta que la muerte, sólo la muerte, silencia ese deseo; y el pozo sin fondo de dolor y desdicha que experimenta el conquistado... nada puede saciar su sed de venganza ni borrar la gran injusticia que se ha perpetrado contra él. Y así, puesto que en mi padre existían a la vez el vencedor y el vencido, el perpetrador y la víctima, eligió, lo que no resultaba en absoluto sorprendente, ocultarse bajo el manto del primero, siempre del primero. Eso no significa que estuviera en guerra consigo mismo; significa únicamente que con ello demostraba ser un ser humano vulgar y corriente, pues quién de nosotros aparte de los santos no habría escogido contarse entre quienes mantienen la cabeza alta, no entre quienes viven con la cabeza gacha, humillados, e incluso los santos saben que en último término, al final de los tiempos, ellos se encontrarán entre quienes mantienen la cabeza alta."

No hay comentarios:

Publicar un comentario