Se ha bañado en la hora caliente
del mediodía y ahora, posado
entre las ramas de la hortensia
se despulga y se peina con su pico
batiendo grácil las alas. A sólo
un metro de distancia. Estoy quieta
mientras leo y no soy de presa, un árbol
más que no le da miedo. Qué regalo
esta secreta cercanía nuestra,
yo en la veranda y él en la rama
tan despiertos y tan en calma somos
vecinos el zorzalito y yo
viernes, 21 de junio de 2013
Sudorosos en el porche, de Diana Bellessi
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