viernes, 30 de noviembre de 2012

Destino, por Daniela Della Bruna

No ha cambiado nada en realidad,
pero este es un mundo nuevo.

El tiempo ha borrado las cadenas,
se ha unificado,
después de juego de desdobles
y de espejos.

Todo ha vuelto a ser lineal,
se rompió el espiral de paralelos,
porque he vuelto yo también de un viaje oscuro,
que no quise rechazar, por más reclamos que haya hecho.

El destino es uno, no hay un plan de escape,
y es mejor así, visto de nuevo,
porque lo que queremos se ampara tanto en la vanidad,
en la equivocación, en la absurda ceguera de todo lo terreno.

Si no hubiera un destino estaríamos perdidos
en el laberinto de nuestros deseos.

Y ese destino se cumple, clandestinamente,
lo cumplimos nosotros mismos aunque lo neguemos.
Pero ese destino no es lo que pensamos, nunca,
gracias también por eso.

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