Más que en pena ennegrecida
esta carencia se transformó en caricia.
Arrullo errante y roto,
aleteo sobre la vereda fría.
Anillo de inocencia,
suave esperanza empedernida.
Ay renacer de otro deseo,
en otra vida.
Sonso capricho de volver al vértigo,
a la lluvia limpia.
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