las formas se liberan en la madrugada,
mi cuerpo se ha desbocado en un susurro,
lloroso, perdido, libre,
por fin he dejado los lamentos,
esta primavera de muerte
me ha satisfecho
ni vértigos, ni flores, ni gemidos
pero este pájaro herido
ha cantado,
ha cantado el viento frío
ha cantado el despojo de la soledad
ha cantado
la máscara bendita ha vuelto
renovada,
casi era mía esa sonrisa
que fingió, fugitiva
y exhaló
toda la melancolía
Publicado en Antología El decir textual 2011, Editorial De los Cuatro Vientos
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