martes, 7 de abril de 2015
Bartleby, la excepción hecha manada (comentario)
Que la literatura norteamericana del siglo XIX produzca un personaje como Bartleby es sorprendente y predecible por partes iguales. Toda cultura crea una contracultura. Melville experimentó la pobreza, la aventura, la gloria y el fracaso, y también pudo vislumbrar el agujero negro del sueño americano. La filosofía pragmática americana choca contra Bartleby, de quien no sabemos nada por sí mismo, sino todo a través de los ojos de un abogado sin ambiciones, con mucha buena fe que se transforma después en miedo y obsesión (como suele sucederle a las buenas intenciones). El personaje ha sido objeto de varias lecturas, una de las más interesantes seguramente es la de Deleuze, que en su ensayo "Bartleby o la fórmula" lo caracteriza como el médico de una América enferma. ¿Enferma de qué? ¿Qué significa este hombre replegándose hasta el ostracismo hasta el absurdo plantado nada menos que en una oficina de Wall Street?
Eso se lo dejo a cada lector. Conozcan al escribiente, aunque sea a través de esos ojos manchados de normalidad, y después mírenlo con Deleuze, Borges, Pelbart y únanse a la manada insurgente, sólo "si prefieren hacerlo", de aquellos que prefieren no hacer más lo que dicta la máquina productora de deseos y subjetividades mejor conocida como capitalismo.
Por Daniela Della Bruna
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