Estaba ahí
removida la última
y más pesada de las piedras.
Para qué los trabajos y las noches,
el culto a lo que dicen que hay que hacer,
la inútil construcción
de eso que llaman vida.
La inútil rebeldía,
la distancia,
más inútil todavía.
Me llevo conmigo sin medida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario